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En palabras de Julio Olalla, “El arte de crear espacios de aprendizaje en donde los seres humanos florecen”, reflexionamos y nos encontramos con lo mejor de nosotros y nosotras mismas.
Somos seres lingüísticos, y vivimos inmersos en el lenguaje. El lenguaje nos tiene y no nos damos cuenta que nos tiene. El lenguaje permite o no permite ciertos mundos, dependiendo de cómo vivamos esos mundos. El coaching permite abrirse a mirarse a uno/a mismo/a aprendiendo lo que puedo o no puedo hacer desde las creencias que he construido para ser como soy, lo que he hecho en la vida y lo que puedo llegar a hacer. Aprendemos desde las posibilidades de nuestro cuerpo, nuestras emociones y las acciones que nos permitimos a través del lenguaje. Se trata de abrir posibilidades que hasta ahora no veíamos ante las situaciones que la vida nos trae, y que nuestra forma de ser no nos permitía creer que podemos cambiar. |
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